Antiguamente y durante mucho tiempo, en vez de emplear controladores de acceso de obras, estas se protegían con una simple valla y toda la colección de herramientas y equipo se guardaban en una sala cerrada a cal y canto. Pero hoy en día, esto ya no es viable.
Los tiempos han cambiado y lo que antes parecía una medida de efectiva, ahora no lo es tanto. Esto se debe a que la sociedad y nuestro modo de vida ha cambiado enormemente. Hemos pasado de vivir en pueblos y zonas rurales a concentrarnos en grandes urbes, lo que hace disminuir nuestro sentimiento de comunidad y por lo tanto, de cooperación y respeto por el vecino.
Por este motivo, cada día toman más importancia los controladores de acceso a obras, porque son quienes garantizan que en todo momento la empresa siga sus procesos productivos sin que se vea afectada por agentes externos.
Está más que demostrado su gran efecto disuasorio y cómo reducen drásticamente muchos de los problemas que lo único que originan son costos innecesarios en tu proyecto.
En primer lugar, la persona encargada de controlar el acceso a la obra o el emplazamiento en construcción, tiene que tener muy presente cuáles son sus funciones y obligaciones.